El poeta
(para una antología contra el racismo)
A tí, a quien los dioses escogieron
para que fluyan de cánticos nuestros veneros
y manen savia nuestra floresta
para que, estériles o feraces,
nuestras montañas sean ellas
que la misma tierra sea ella,
y fervor nuestros alientos,
y lealtad nuestros corazones,
y hombres nuestros varones
de lo más hondo de tu espíritu,
de lo más torrencial de tu sangre,
de lo más diáfano de tus sueños,
de lo más turbulento de tus anhelos,
de lo más intenso de tus magias,
ah que nazca la fuerza de tu fe
el alarido de tu liberación
tú hablarás
hablarás el lenguaje de tu pureza
por esos cuya palabra está secuestrada
y la existencia inmovilizada
hablarás el lenguaje de tu inocencia
por esos que aplastan con calumnias
hasta que sus pieles las exudan
hablarás el lenguaje de tu justicia
por esos a quienes ciegan la vista
con los hierros de los barrotes
hablarás de tu amor
por esos a quienes golpean
por esos a quienes sofocan
por esos a quienes torturan
por los apaleados
hablarás
por los condenados
hablarás
por los deportados
hablarás
por los juzgados
hablarás
por los detenidos
hablarás
por los prohibidos
hablarás
por los inermes
hablarás
por esos millones de seres olvidados entre los olvidados
que destinan a la rabia y al odio
en las tinieblas de las prisiones
hablarás
porque odias la violencia
porque odias la calumnia
porque odias la mentira
porque odias el odio
hablarás
a ellos también le dirigirás la palabra
le hablarás hasta los confines de los mares y las noches
para que venga el amanecer
y que de nuevo para ellos
manen cánticos nuestros veneros
y fluyan savia nuestras florestas
para que estériles o feraces
nuestras montañas sean ellas
para que la tierra sea ella
y fervor nuestros alientos
lealtad nuestros corazones
y hombres nuestros varones
tu ser es palabra que reconcilia con la vida
habla...
de Thomas Rahandraha
A la revista 'Caminar Conociendo', nº 2, se le han ido agregando escritos. Si desea ojear el número de ella retroceda hasta encontrar el índice, el staf o los titulares de la misma.
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lunes, 24 de marzo de 2008
domingo, 6 de mayo de 2007
Iswe Letu: Ni Pan ni Vino

ni pan ni vino
Ha venido caminando durante días, aureolada por el frío, el polvo rojo y las moscas, pues ha sido expulsada de la aldea. Antes gustaba de comer habas egipcias, como las chicas de Astiz; o se deleitaba con la mamiya, como las jóvenes de Erraskin. Pero ahora, no tiene pan, ni vino.
Sin embargo..., ¡ah, sin embargo!... Aunque ha sido atacada por el hielo y la ardiente sequía, como es tiempo fecundo en adivinos (tiempo de tramposo optimismo), sus dientes vienen colmados de una extraña y blanca alegría... E inocente espera.
¡Inocente!... Inocente alegría como caldera de mondongo entre pucheros vacíos... Espera algún acontecimiento... Por eso mira sin cesar, mira continuamente, mira sin tregua, mira con los ojos fijos hacia el confín del horizonte en toda la rosa de los vientos.
Nadie a la redonda. Nada por ninguna parte. Pero espera. Espera y se engaña. No tiene tan siquiera un trozo de pan, ni un trago de vino de palma, ni una gota de agua, que llevarse a la boca.
Además, en ella, todo un bosque por cierto, se ocultan, temblando y sonriendo, los espíritus del miedo...De ese miedo ancestral que sabe elevarse continuamente hacia el azur... Miedo que poco a poco se van adueñando del lugar...
No hay gato montés que se encarame tan ligero, como Kuka, por sus ramas celestiales. Y, parece mentira, pero es la trágica y triste verdad , que no ha comido ni una pizca de alimento en muchos días. Desde que unos hombres, les llamaban monjes, la trajeran de otra aldea, -dicen que liberada de la esclavitud- donde machacaba continuamente el mijo, pero comía. Luego, los hechiceros y sus progenitores y las hambres del entorno la echaron del lugar.
Empero, como ahora es ese tiempo... -para unos, sorprendente y para otros, embustero. Más mentiroso que el lenguaje de estos días... Donde reina por doquier la ensoñación, el sortilegio, el hechizo, el embrujo...
Kuka es todo eso y mucho más: ¡es un milagro!... Por lo que aún palpita su corazón teniendo tibios los miembros... Y sus párpados... ¡ah, sus párpados!... no cubren por completo todavía sus ojos relucientes.
Kuka, es hija y nieta de la Hambre Viva y... del Capital Hambriento.
(para una antología contra el racismo)
Ni tiene pan, ni vino. Kuka es, en medio de las mujeres y del polvo rojo que las circunda, enclenque, escuchimizada, delgadísima, casi enana... Kuka es como una jabalina entre lanzas clavadas en la tierra.
Ni tiene pan, ni vino. Kuka es, en medio de las mujeres y del polvo rojo que las circunda, enclenque, escuchimizada, delgadísima, casi enana... Kuka es como una jabalina entre lanzas clavadas en la tierra.
Ha venido caminando durante días, aureolada por el frío, el polvo rojo y las moscas, pues ha sido expulsada de la aldea. Antes gustaba de comer habas egipcias, como las chicas de Astiz; o se deleitaba con la mamiya, como las jóvenes de Erraskin. Pero ahora, no tiene pan, ni vino.
Sin embargo..., ¡ah, sin embargo!... Aunque ha sido atacada por el hielo y la ardiente sequía, como es tiempo fecundo en adivinos (tiempo de tramposo optimismo), sus dientes vienen colmados de una extraña y blanca alegría... E inocente espera.
¡Inocente!... Inocente alegría como caldera de mondongo entre pucheros vacíos... Espera algún acontecimiento... Por eso mira sin cesar, mira continuamente, mira sin tregua, mira con los ojos fijos hacia el confín del horizonte en toda la rosa de los vientos.
Nadie a la redonda. Nada por ninguna parte. Pero espera. Espera y se engaña. No tiene tan siquiera un trozo de pan, ni un trago de vino de palma, ni una gota de agua, que llevarse a la boca.
Además, en ella, todo un bosque por cierto, se ocultan, temblando y sonriendo, los espíritus del miedo...De ese miedo ancestral que sabe elevarse continuamente hacia el azur... Miedo que poco a poco se van adueñando del lugar...
No hay gato montés que se encarame tan ligero, como Kuka, por sus ramas celestiales. Y, parece mentira, pero es la trágica y triste verdad , que no ha comido ni una pizca de alimento en muchos días. Desde que unos hombres, les llamaban monjes, la trajeran de otra aldea, -dicen que liberada de la esclavitud- donde machacaba continuamente el mijo, pero comía. Luego, los hechiceros y sus progenitores y las hambres del entorno la echaron del lugar.
Empero, como ahora es ese tiempo... -para unos, sorprendente y para otros, embustero. Más mentiroso que el lenguaje de estos días... Donde reina por doquier la ensoñación, el sortilegio, el hechizo, el embrujo...
Kuka es todo eso y mucho más: ¡es un milagro!... Por lo que aún palpita su corazón teniendo tibios los miembros... Y sus párpados... ¡ah, sus párpados!... no cubren por completo todavía sus ojos relucientes.
Kuka, es hija y nieta de la Hambre Viva y... del Capital Hambriento.
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