lunes, 7 de mayo de 2007

Iswe Letu: ¡Qué hambre de baile tiene!


se ríe de los adornos

Va cantando y bailando, bailando y cantando; y su voz se percibe ya desde muy lejos.--"Sobre la llanura, // mis negras grullas, // pesquen en las aguas, // después de las lluvias." Su belleza, que se ríe de los adornos, parece iluminar los caminos y... ¡qué hambre de negra danza tiene!

Cuando llega al mercado -y este mundo, lo sabéis, es un mercado- no se deja comprar, riéndose además de las que, sentadas, esperan, sin moverse, al futuro comprador. Ella no puede estarse quieta y se pone a cantar y a bailar, a bailar y a cantar:

--"Sobre la llanura, // mis negras grullas, // pesquen en las aguas, // después de las lluvias." --¡Venga, venga!: ¡qué yo vea redondas kolas sobre mis hombros! ¡Y, ese, el barquero: que prepare y traiga su barca! ¡Ah, mi corazón está henchido y dichoso! Y..., ¡vosotros!..., ¡los que compráis amor a cambio de dinero!: ya os lo digo...: viviréis privados de paz toda la vida.

Su belleza, que se ríe de los adornos, deslumbra los caminos y además... ¡qué hambre de danza tan negra tiene!

--"Sobre las llanuras, // mis negras grullas, // pesquen en las aguas, // después de las lluvias." Prosigue ennegreciendo los caminos con su cante y con su baile. Y su voz se oye ya desde muy lejos...

Pero tanta firmeza da mal que pensar. Y no son muchos los que se le acercan confiados.


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