En la miseria lenta del camino
la hora florida, brota,
de tu amor, como espino solitario
del valle humilde a la revuelta umbrosa.
El salmo verdadero
de tenue voz hoy torna
lento a mi corazón y da a mis labios
la palabra quebrada y temblorosa.
Mis viejos mares duermen; se apagaron
sus espumas sonoras
sobre la playa estéril. La borrasca
camina lejos en la nube torva.
Vuelve la paz al cielo;
la brisa tutelar esparce aromas
otra vez sobre el campo, y aparece
en la bendita soledad tu sombra.
Antonio MACHADO (DEL CAMINO)
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