viernes, 3 de diciembre de 2010

Mía Couto: La llovizna

¿La llovizna es una brizna de lluvia?

Mía Couto en 'Cronicando'

jueves, 27 de mayo de 2010

Omar Khayyam: Ánforas y Hembras (*)

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¡Oh, bien amada! Toma en tus manos la copa y el ánfora y ve a pasear por el jardín,

a recrearte a la orilla del río entre las yerbas y las flores y el melodioso fluir del agua.

Y ya te prevengo, yo, ahora mismo: debes apresurarte... Ve, camina, corre, ¡vuela!

A veces, por si no lo sabes, de bellos cuerpos de hembras amadas se hicieron copas.

Y más vasijas de barro: urnas, jarrones, vasos... (como el que tienes a tu lado) también.

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Versión sacrílega de una rubayata de Omar Khayyam

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jueves, 20 de mayo de 2010

Omar Khayyam: Charlatanes de Iglesias (*)

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Mercachifles de ilusiones garantizan que a una gran distancia, allá,

en el más allá, está lo que nombran Paraíso, con soberbios varones

y profusión de odaliscas voluptuosas, donde se halla en abundancia

el vino (nectar divino de Alá) leche pura y riquísima miel hecha de sol.

¡Siervo, siervo! En recuerdo y homenaje a tantas y tantas maravillas,

¡dame, a borbotones, un diluvio de vino del color del rubí, inúndame!

Y, óyeme con atención: prefiere siempre una prenda segura, una sola,

a cientos de tesoros hipotéticos y mil vagas esperanzas infundadas

pues de eso viven los charlatanes que dirigen las iglesias del mundo.

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(*) El título y la versión son nuestros

martes, 4 de mayo de 2010

Omar Khayyam: Labios y Prados (*) (1)

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¿Acaso germinan de los labios de unas muchachas 
las raíces del narciso tembloroso que se yergue al borde del arroyo?


¡Holla suavemente el prado que hunden tus pasos!
Quizá es ceniza de bellos rostros donde triunfó el brillo de tulipanes.


(*) Título nuestro
(1) Versión libérrima

viernes, 30 de abril de 2010

Pello Martín Zabaleta: Odola / Sangre

 .
Zapaltzen  gaituzte mahatsa bezala,
gorritu zaizkie jantziak
gure odolarekin,
tolaretik datorren ardoak
mahaskaria zikintzen duen bezala.
(Al exprimirnos, como a uva
se les enrojeció con nuestra sangre
sus vestimentas de oropel
como se le enrojeció al bodeguero
con el vino que sale del lagar.)

Baina,
guk edango dugu gure ardoa
handik mozkortzeraino
botagurea amorruz egiteraino.
(Mas
nosotros soplaremos vino
vino hasta emborracharnos
hasta vomitar vino.)

Eta
botatzerakoan botako diegu gorrfi
aurpegia gorritzeraino
amorruz egositako gure ardoa.
(Y
cuando devolvamos el vino
que hirvió de rabia,
para ensangretar sus caras será rojo.)

Eta
erreko zaizkie begiak eta jantziak
azpian itotzeraino
zapalduen gure odolarekin.
(Y
debajo de nuestra sangre de oprimidos
hasta asfixiarlos
se les quemarán sus ropas y sus ojos.)

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(Del poemario "Antología Poética Vasca" (1) -Frankismoaren biktimei eta askatasunaren aldeko borrokariei omenaldia-", páginas 322, 323; Ediciones Vanguardia Obrera, S.A. //ya desaparecida//; calle Libertad, 7 tercero-derecha, Madrid 1987; traducción al castellano del 'Colectivo Homenaje'; ISBN: 84-96293-38-3; D.L.: M-11182-1987; imprime: Gráficas Maluar, Sdad. Coop. Ltda)
(1) Antología dentro del 'Homenaje a las Víctimas del Franquismo y a los Luchadores por la Libertad'

lunes, 12 de abril de 2010

José Francisco de Isla: Un lugar ignorado por Tolomeo (*)

Primera parte. Libro I. Capítulo I: Patria, nacimiento y primera educación de Fray Gerundio

Campazas es un lugar de que no hizo mención Tolomeo en sus cartas geográficas, porque verosímilmente no tuvo noticia de él, y es que se fundó como mil y docientos años después de la muerte de este insigne geógrafo, como consta de un instrumento antiguo que se conserva en el famoso archivo de Cotanes. Su situación es en la provincia de Campos, entre poniente y septentrión, mirando derechamente hacia éste, por aquella parte que se opone al Mediodía. No es Campazas ciertamente de las poblaciones más nombradas, ni tampoco de las más numerosas de Castilla la Vieja, pero pudiera serlo; y no es culpa suya que no sea tan grande como Madrid, París, Londres y Constantinopla, siendo cosa averiguada que por cualquiera de las cuatro partes pudiera extenderse hasta diez y doce leguas, sin embarazo alguno. Y si, como sus celebérrimos fundadores (cuyo nombre no se sabe) se contentaron con levantar en ella veinte o treinta chozas, que llamaron casas por mal nombre, hubieran querido edificar doscientos mil suntuosos palacios con sus torres y chapiteles, con plazas, fuentes, obeliscos y otros edificios públicos, sin duda sería hoy la mayor ciudad del mundo. Bien sé lo que dice cierto crítico moderno, que esto no pudiera ser, por cuanto a una legua de distancia corre de Norte a Poniente el río grande, y era preciso que por esta parte se cortase la población. Pero sobre que era cosa muy fácil chupar con esponjas toda el agua del río, como dice un viajero francés que se usa en el Indostán y en el gran Cairo; o cuando menos, se pudiera extraer con la máquina neumática todo el aire y cuerpecillos extraños que se mezclan en el agua, y entonces apenas quedaría en todo el río la bastante para llenar una vinagrera, como a cada paso lo experimentan con el Rin y con el Ródano los filósofos modernos, ¿qué inconveniente tendría que corriese el río grande por medio de la ciudad de Campazas, dividiéndola en dos mitades? ¿No lo hace así el Támesis con Londres, el Moldava con Praga, el Spree con Berlín, el Elba con Dresde y el Tíber con Roma, sin que por esto pierdan nada estas ciudades? Pero al fin los ilustres fundadores de Campazas no se quisieron meter en estos dibujos y, por las razones que ellos se sabrían, se contentaron con levantar en aquel sitio como hasta unas treinta chozas (según la opinión que se tiene por más cierta) con sus cobertizos, o techumbres de paja a modo de cucuruchos, que hacen un punto de vista el más delicioso del mundo.

(*) El título se lo hemos puesto nosotros

(De la obra de José Francisco de Isla, más conocido como el Padre Isla,
'Fray Gerundio de Campazas')

martes, 9 de marzo de 2010

Rubén Darío Lotero (*): Bordearé tu recuerdo

Bordearé tu recuerdo

como una canoa

que se desliza por la orilla

buscando un lugarcito

donde detenerse.


(*) Poeta colombiano
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Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Año VI. Número 16, abril de 1986.


Responsable: Julio Valle-Castillo


Consejo Editorial:

Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)

martes, 23 de febrero de 2010

Cintio Vitier: Mundo

El heroismo es la sustancia del hombre,
la sustancia del hombre es sufrir con los hombres.
El heroismo no es otra cosa que saber
que la indecible soledad es la comunidad inmensa
de los vivos y los muertos, todos vivos e insomnes.
Y todos seremos héroes, ya no hay escapatoria,
héroes del callar o del decir, del saber, o el no saber,
de creer o el no creer, del negar o el afirmar.
Hérores sobre todo del desgarramiento,
del centro de la cruz, del batallar de los contrarios.
Y con nosotros héroes los árboles, las nubes,
los astros y los animales, héroe la yerba, el polvo héroe,
toda la naturaleza levantada como un hombre,
y cada hombre en todos aceptando
la horrenda gloria del ser, la indescrptible comunión.



6 de diciembre de1 960

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Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Año V. Número 15, diciembre de 1985.

Responsable: Julio Valle-Castillo

Consejo Editorial:
Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)

jueves, 28 de enero de 2010

René Depestre: Ralentizar, obras nocturnas en la bahía de Nueva York

homenaje, recuerdo y reconocimiento al martirizado pueblo haitiano que nos legó su rebeldía contra los esclavizadores y triunfó encabezado por sus jefes esclavos como él; homenaje, recuerdo y reconocimiento en uno de sus hijos, el poeta René Depestre)

+

La casa propia haitiana y la casa ajena,

americana y potente, juntas alumbran

mi travesía de la rosa fervorosa de los vientos.

La barbarie de los tiempos ya no me espanta.

La libertad, estrecha en su jaula de hierro,

baja a prestar su sortilegio a la noche en vela

del poeta que trabaja en la bahía de Nueva York.

La estatua neoyorquina es huésped conmovida

de mis manos de alfarero: alegre y grave

bajo mis caricias de animal marino, el hada

de la pasta se abre a mi periscopio maravillado.

Mi cabeza detectora sitia su cuerpo de sirena:

metal caliente bajo el júbilo de mi honda,

eje húmedo y tierno, entre risas mudamos

la piel en la puerta donde renace la libertad.

*
 
(tomado de la red)