por María Paz Diéz Taboada (*)
De nuevo
Cierra la puerta y ve a donde se encuentren
las rosas y los soles sin ocaso,
a donde llegue el eco de esperanza
que acerque la ternura hasta tu rostro.
La lenta voz de la campana suena
tras la cansada marcha hacia el olvido
y llega su clamor hasta la hondura
donde encierras tu suerte y tu porfía.
Revístete del sueño que anidaste
y disponte a subir de tu aterida
casa de agravio. Es todo campo yermo
el que has creído cultivar. En vano
permaneces doblada sobre el surco
de esta tierra voraz. Vuelve al camino.
Acuarela
Las hortensias azules
contra la piedra enhiesta
y, al fondo, el verde -un grito
que rueda por el suelo-.
de los troncos, harapos
se descuelgan, mostrando
la palidez delgada
de carne adolescente.
Suena el agua geórgica
de regatos y acequias
que lava el neblinoso
aire nuevo del alba.
El mar es una sólida
masa de acero y, leve,
el barco que se aleja
firma y rubrica el cuadro.
(*) Paz Díez Taboada es poetisa.
Los poemas son del libro 'Batiburrillo de Tontilocos viejos y nuevos'
POEMAS PARECIDOS EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', Nº 2, PAGINA 41
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